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Palacio Real de los Santísimos en Ellehanor. 3 de diciembre del a?o 4589. 5:50 am.
Con una camisa vieja de botones dorados, unos zapatos negros que claramente han cumplido su función durante a?os y un pantalón de vestir igual de viejo, él respiró. Las dos chicas que le siguen desde atrás parecen mucho más elegantes que él, de hecho incluso pareciera que ellas son de la nobleza y él en cambio… Un mero plebeyo.
La chica que le sujeta la mano con esmero le dedica miradas inseguras, tratando de no parecer demasiado obsesiva.
—Amo Sidhartta, todos los residentes estarán presentes en el desayuno. Aunque las maids Kanan Tsumaki, Mana Kusushima y Nana Ayakaji estarán ausentes.
Setsuna fué lo más acertada que pudo al dar su informe sobre la situación, en los pasillos que están recorriendo la luz del sol se ve reflejada por la tan increíble labor de las sirvientas.
—Ya veo, parece que hoy será un buen día.
él se detuvo y todas sus acompa?antes lo hicieron también, fué una coordinación digna de elogio.
—S-Sidhartta, ?no crees que sería bueno decirle a todos…?
Bell trató de se?alar su deseo pero la vergüenza se apoderó de ella misma, no es para menos siendo que esta es la primera vez que tenía un amorío.
Para Setsuna y Natalia escucharla hablar con tanta vergüenza era algo que jamás imaginaron.
—No te preocupes por eso. Te lo dije antes. Te amo.
En respuesta él la sujetó con más fuerza mientras seguía mirando fuera del palacio a través de la ventana, el hermoso amanecer parecía concordar con sus declaraciones como haciendo caso a una orden ficticia.
Su sonrisa es tan honesta que cautivará cualquier corazón.
Cabe mencionar que las dos maids intentan mantener la calma colo pueden pero el rubor en sus rostros e intercambio continuo de miradas las hacen obvias.
—Continuemos.
él continuó su caminata por los pasillos del palacio con naturaleza, la forma de vestir que tiene es tan simple que parece indigna. Sin embargo, su trato, actitud y forma le hacen ver como el mejor rey de todos.
—Abran paso al Rey de Ellehanor, nombrado por la virreina del estamento de “La Fuente” como Emperador y representante Generalísimo del apellido Ponce De Oro, Rey del Sur, Conquistador, Dios de la tierra y Santo del Escudo.
Tras abrir la puerta al comedor real, la voz del hombre llamado Florian azotó el lugar y lo que parecía ser un sinfín de palabrería suelta entre todos los comensales, pasó a ser silencio ante la presentación oficial de quien es el rey.
—Florian, te he dicho que esa presentación es innecesariamente grande.
La se?alización de Sidhartta rompió el silencio y también las posturas de respeto absoluto que le dedicaron todos los presentes.
—Fahahah, tu siempre tan pesado con eso. Mira, solo falta la princesa Athenea y la invitada con la que deseabas hablar el día de hoy.
Mientras se acomodaba, una maid inexpresiva de cabello blanco como la nieve sirvió los cubiertos para su amo y llevó a Bell hasta su asiento justo a la derecha del rey con una formalidad impecable.
—Sabes que si tenemos la ayuda de ellos, esto será cosa de dar un paso más.
Tomando asiento, el rey acarició la cabeza de la maid albina sin dedicarle más atención, el rubor de la chica delató que quizás ella también deseaba al rey como todas las demás.
—Por supuesto, todos saben que los Hakuhou son importantes y los representantes de Artemisa no hacen más que subestimar estas cosas, creen que es una guerra mediática.
Florian habló sin tapujos sobre sus propios pensamientos y las personas que compartían la mesa escuchaban atentamente.
—Bueno hablando de otras cosas, hijo. ?Qué tal está la situación con respecto a las modificaciones?
El rey se dirigió al chico que estaba en la otra punta de la mesa, siendo atendido como si fuera una especie de dios por dos maids.
Una de ellas es Sofía Beltrán y la otra lleva un collar con el nombre “Ana Reyes” su actitud alegre contrasta con la tensión en el rostro de su compa?era.
El cabello desordenado del chico es rubio y sus ojos azules aseguran la herencia genética que compartía, aunque su forma de vestir era digna de un príncipe.
—Bueno, todo va excelente. Tomando en cuenta que ellos no hacen más que lanzar “comunicados” destapando “””la verdad””” detrás de nuestro sistema y familia, no han habido retrasos.
El chico parecía divertirse al ridiculizar la manera tan medieval que tenían sus rivales para tratar de desestabilizar su sociedad.
—Ya sabes padre, una sociedad inteligente es una que no se deja manipular.
Tras dicha sentencia, él siguió comiendo y ordenando cosas a las maids.
—Bien, parece que en ese aspecto tampoco hay problema.
Sidhartta cerró los ojos y cruzó los brazos pensando en silencio al tiempo que las sirvientas servían el desayuno para todos los presentes.
Cabe se?alar que Florian exigió a Setsuna una porción doble de postre y más azúcar en su café.
Ella solo sonrió ante esa petición secreta con una sonrisa.
Bell, que hasta ahora había estado algo calmada comenzó a platicar con un hombre vestido en un uniforme con varias insignias brillantes, siendo el único del lugar que parecía tomarse en serio su puesto.
Se trata del ministro de seguridad.
—Se?or Shun, parece muy estresado… Debería delegar algo de su trabajo, no es bueno sobrepasarse.
Ella le miró con una expresión de dolor y algo de incredulidad.
—No te preocupes Bell, hoy te veo más deslumbrante… Mientras ustedes estén bien, mi trabajo seguirá teniendo sentido.
Bell desvió un poco la mirada enrojecida ante tal muestra de sinceridad pero también contestó haciendo una mueca de enfado ante la negativa del hombre sobre descansar.
Del otro lado de la mesa.
Una chica vestida con el mismo tipo de uniforme que Shun aunque en lugar de medallas lleva chapas con el rostro de una idol, además está adaptado para ser cualquier cosa menos algo formal, desde el nombre de la susodicha hasta dibujos adorables de ella.
Sin piedad, picó la panza de Florian y en un sonoro cántico, gritó su pregunta.
—Oye Florian, ??ya le contaste al rey lo que le hiciste a esas pobres sirvientas!?
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Ella procedió a tomar en sus brazos a la maid albina, acariciándola como si fuera un gato.
—?Mm…?
La escena fué suficientemente burda como para llamar la atención de Sidhartta que dejó su meditación para cuestionar con la mirada.
—No, Elizabeth lo dice así para que se malinterprete. ?Es una completa idiota fanática de esa Kanya!
Al ver que solo era un tema menor sin importancia, Sidhartta procedió a comer sin decir nada.
—”Esa Kanya” tiene apellido, ??sabes!? Y es mucho más perfecta que tu, Florian. ?Pide perdón!
Con una grandilocuencia digna de alguna función teatral, Elizabeth mostró sus dotes de dramaturga.
—Tsk, ni siquiera intentas discutir. Solo quieres irritarme.
Florian se metió un trozo de pastel a la boca refunfu?ando y aceptando su derrota ante el majestuoso argumento de la mujer irracional.
Ella soltó a la maid con suavidad.
Y sin piedad alguna, desvió la mirada a su siguiente víctima.
—...
El joven príncipe y ella cruzaron miradas, la coincidencia fué impresionante.
—Oye Trend, peque?o-príncipe, ?dónde está tu hermanita? ?no me digas? ?La dejaste sin poder caminar!
Ante tal acusación, el príncipe que comía tranquilamente escupió todo en su plato y se comenzó a atragantar, por fortuna Sofía Beltrán pudo ayudarlo.
Ana Reyes estaba ocupada riéndose.
—Que… ?Q-que…! ??Qué mierda dices!?
Elizabeth se comenzó a reír al ver la reacción del príncipe Trend y pareció perder el aire. Los ojos del príncipe demostraron asco, repudio y disgusto ante tal sugerencia.
—Oh vamos, todos los hermanos mayores en una familia real fantasean con esas cosas, además ella es hermosa~
Elizabeth tomó del cuello al príncipe y le dijo todas esas burradas bien claras al oído y al procesar todo él se soltó dando un grito de disconformidad.
—?PWAAHAJAJAJA! Que gracioso eres peque?o Trend.
Elizabeth parecía divertirse como nadie viendo las reacciones de quien se supone es su superior.
—Maldita… ?Cómo se te ocurren tantas estupideces? ??Acaso careces de sentido común!?
El príncipe pidió que le llevarán otra porción de comida y tanto Sofía como Ana procedieron a limpiar todo el desorden sin opinar al respecto.
—Es que veo esa carita tuya y uff, quiero montarte.
Al decir esto, Elizabeth estaba con una seriedad digna del mayor pensador de la historia de la humanidad, como recitando un poema.
Aunque al mismo tiempo dejó ver un poco su escote y le mandó un beso.
—??A QUé VIENE ESO TAN DE LA NADA!?
Trend se rindió y Elizabeth rápidamente desvió su atención a otra víctima, aunque no le costó mucho ya que solo tuvo que mirar a su lado y ya tenía la panza de Florian.
—Oye, ?no te cansas de comer Florian? piensa en esas pobres vírgenes que te atienden.
Ella miró brevemente a Clarisa, quien no tendría porqué estar presente pero Florian le dió tal privilegio.
La compasión con la que habló haría que cualquier sacerdote alabara tal pulcritud en dicha declaración, por más estúpida que suene.
Aunque nadie sabría decir qué era más ofensivo, si sus palabras o el hecho de que literalmente estaba hablando con la panza de Florian.
—?Déjame en paz!
Florian ya harto de Elizabeth, terminó el pedazo de pastel y le gritó a la mujer molesta que tenía justo a su lado.
—Oye Shun, ?cómo está tu familia?
Sin embargo Elizabeth dejó de prestarle atención y comenzó una nueva charla con alguien más, siendo Shun el único en la mesa que podría considerarse modélico.
—Bien, mis hijos se esfuerzan bastante en la escuela y mi esposa me escribe cartas todos los días. No puedo pedir más.
La sonrisa tan honesta de Shun era solemne y completamente admirable.
Y su manera de obviar el comportamiento e interacciones inéditas a su alrededor es increíble.
—Ohhh, ?entonces si que llegas a tu hogar? Creía que doblabas horas.
Elizabeth por primera vez se mostró sinceramente interesada.
—No, ya sabes. Sirvo a la causa y mi deber es con las personas que están allí fuera, aunque también entiendo que tengo un deber con mi familia, no puedo simplemente vivir trabajando descuidando a la mujer con la que me casé.
Al escucharlo, tanto Bell como Elizabeth sonrieron ya que entendieron que toda la palabrería se resumía en una cosa simple.
—Estás perdidamente enamorado.
Elizabeth lo se?aló como blandiendo una espada en su corazón.
Bell solo miró con calidez.
—Ja, si. Creo que sí.
El hombre simplemente encogió sus hombros y rió algo avergonzado.
–?Ja! Todo ese “amor” de ustedes es una pérdida de tiempo, lo importante es disfrutar, así como yo hago.
Dándose una palmada en el pecho, Florian objetó ante la felicidad de Elizabeth, Shun y Bell.
—Dices eso porque nunca te han amado, idiota.
–PFFFFT-
Desde el rincón donde Clarisa estaba completamente sola, se escuchó una carcajada, aunque cuando Florian miró, ella solo le saludó como si nada.
La respuesta de Bell fué directa y dolorosa, llegó justo al momento en que Florian dejaba sus comentarios vergonzosos y daba un golpe a su ego bastante bueno.
—La se?orita Athenea Ponce de Oro y Ricarica Hakuhou han llegado.
Declarando el final de la conversación que parecía más bien una discusión, Natalia dió el aviso para hacer pasar a las dos chicas que faltaban en el lugar.
—Al parecer fuimos las últimas en serio.
Con aires de grandeza Athenea suspiró y miró con nulo afecto a la chica que iba siguiéndola.
Un kimono negro con adornos florales rojos como su cabello parecido a la sangre, recojido por una aguja con grabados de dragón, esto sumado a la tranquilidad reflejada en sus ojos azules como el cielo, hacían en ella un conjunto digno de una diosa.
—Buen día, para todos.
Ricarica saludó cordialmente asumiendo que esta informalidad era algo habitual, se guardó para sí misma la sensación de extra?ez.
—Se?orita Ricarica, siéntese aquí.
La maid de cabello blanco se mostró con calidez sin dejarse apantallar por la compostura de la invitada.
—No te preocupes, Eva Delmin. Viendo como es el trato entre ustedes, preferiría ser tratada con menos sobreprotección jaja.
La chica sonrió con solemnidad, esta tranquilidad sorprendió a todos los presentes pues la susodicha maid ni siquiera había llegado a presentarse.
—No cabe duda que ustedes los Hakuhou no se cansan de sorprender al público.
Sidhartta sonrió en un acto que dejó a todas las presentes con algo de rubor.
—Bueno querido rey, siendo afortunada de tener una reunión con usted es mi deber mantenerme a su altura. ?No?
El tono burdo de la representante de la familia Hakuhou fué sarcástico y algo ofensivo, su mirada vidriosa dejaba ver que no habían motivos “educados” detrás de las palabras que había pronunciado.
—Me sorprende que una chica que aparenta ser tan joven tenga ya una hija.
Ignorando por completo el estado de ánimo, Florian soltó una declaración sumamente desubicada sobre la invitada.
—Florian Tec, tan despiadado como dicen.
Con una sonrisa irónica, procedió a sentarse lo más cerca del rey que se podía. Aunque no fué posible porque Bell simplemente no se alejó de Sidhartta.
—Bueno, me gustaría hacer esto lo más breve posible...
Dirigiéndose únicamente a Sidhartta, ella mantuvo la atención de todos los presentes sin importarle lo raro que es dicha conducta para los demás.
Incluso su calma no fué capaz de evitar que Florian la mire sonriendo por ser incapaz de quitarle el lugar a Bell.
—Veo que ya buscaste un reemplazo.
Dedicándole un mínimo vistazo a Bell, ella sonrió esperando alguna reacción por parte del hombre con quien tuvo un hijo.
–Llamarla “reemplazo” es una forma muy infantil de afrontar el duelo y por si fuera poco, es algo que no debería hacer la representante de una gran familia como tú.
Sin embargo la respuesta del hombre fué sumamente aburrida en comparación a la diversión que creyó tendría.
Ganándose como reacción un simple suspiro decepcionado.
–A todo esto, Kaguya está muy bien. Gracias por preguntar.
Ignoró por completo la respuesta del rey manteniendo un enfoque pasivo agresivo en su voz.
Elizabeth la miró con extra?eza, como si no fuera una persona importante.
—Lo sé, teniendo una madre con tal personalidad es imposible algo diferente.
Sidhartta mantuvo su semblante reflexivo tanto como la situación se lo permitió, tener delante una persona tan densa e implacable era complicado de procesar, aunque esta es una característica de los Hakuhou.
De hecho en este caso tampoco era difícil, solo que ella buscaba incomodar.
—Kahahhah en efecto, es obvio que iba a heredar más de mí que de ti.
Burlándose, ella agitó los brazos contrastando con el porte tan elegante que tiene.
–Pobrecilla entonces…
Bell respondió sin miedo, su mirada se mantuvo fija en los profundos ojos de Ricarica, ambas se veían como rival de la otra.
—Sobre el Santo de la Espada, ?sabes algo?
Sidhartta ignoró tal conducta por parte de Ricarica y fué al grano.
—Oh cierto, cierto~ querías que te conceda una alianza.
Aún riendo, ella parecía estar sumamente distraída con esta situación tan ridícula que generó.
—Por supuesto que podemos establecerlo, sin embargo quien… No, quienes fueron nombrados son dos hermanos gemelos.
Ella dejó de lado esa conducta risue?a para mantener una compostura digna de ser elogiada.
—Y hay un problema, ya debes saberlo: Hakuhou Ryu.
Al ser nombrado, todas las maids y sirvientas recularon. Athenea por otra parte sonrió como si de alguna especie de estrella mundial se hablará.
—Cierto, cierto, Ryuuuuuu ese tipo si que es genial.
Al ser la princesa una chica de carácter serio y poco frívolo, esta alegría fué vista como algo extra?o.
Y es que ella incluso le alabó, algo que no hace más que con su padre…
—Hija, ?de dónde conoces a Hakuhou Ryu?
Habiendo hecho una pregunta algo más que atrevida sobre los gustos de su hija, el rey pareció ser el más extra?ado por este descubrimiento.
—De hecho tiene lógica, Hakuhou Ryu es conocido por todos. Al fin y al cabo, su cara está en todas partes.
Habiendo resuelto el tema de una forma escabrosa, Florian se entrometió en la conversación entre padre e hija, aunque tampoco nadie podría culparlo puesto que todos en el sitio querían aportar algo más sobre este hecho.
Parecía como si todos quisieran agradarle a Athenea justificando sus gustos.
—Padre…
Athenea sin embargo, agachó la mirada sombríamente y buscó entre su bolso intensamente, fuera de toda lógica, ella no notó en ningún momento tristeza o frustración por el cuestionamiento del padre, de hecho…
—?HAKUHOU RYU! ?EL CRIMINAL MáS BUSCADO DEL MUNDO! DIOS, SERíA GENIAL ATRAPARLO Y ACABAR CON ESA SONRISA ENGREíDAAAAA~~~
Ella mostró una faceta más extrema de lo que nadie podría haber imaginado mientras ondeaba una pancarta de “Se busca MUERTO” con el retrato de un hombre con expresión demasiado alegre.
El hombre de la foto comparte rasgos con Ricarica, ella incluso miró algo incrédula.
—?Kahah! Parece que tú hija entiende mejor que nunca la belleza en mi familia.
Quizás dejando caer un… ?masoquismo? incierto, Ricarica miró con recelos al rey en un ademán exagerado que demostraba cari?o.
—Vamos al grano. Si lo que me estás pidiendo es que lo capturemos para el beneficio de tu familia, creo que no has entendido nada.
Disipando con elocuencia del lugar, Sidhartta fué claro con los puntos sobre su parte y la de Ricarica.
—El hombre que rechazó la bendición del Santo y que no asistió a la ceremonia de nombramiento oficial como cabecilla del clan, un hombre que jamás aceptó los preceptos de la familia real y que no hizo méritos para ser quien es, ?no te da asco?
Hakuhou Ricarica habló acoplándose al nada amigable tono del rey, aunque siendo menos intensa en su densidad, era esperable que tratase de apelar al sentido ético.
—Asco me dan las cucarachas, asco me dan los mentirosos, asco me dan los débiles y prejuiciosos, asco me dan quienes jamás entenderán lo que es el amor pero jamás me daría asco un hombre que ha vivido su vida con romance.
Su respuesta no dejó a nadie con duda de lo que sentía al respecto.
Y la única extranjera era la que parecía detestar a quien justamente el rey y la princesa parecían alabar.
—Hakuhou Ryu es un criminal que ha cometido violaciones y asesinado por puro placer. ?Es eso un hombre digno de alabanzas por parte del Rey Sidhartta?
Nadie en la habitación pareció tomarse este cuestionamiento como algo ingenioso.
—?Un hombre digno de mis alabanzas? No existe tal cosa Rirarica, primeramente ni yo mismo soy digno de ser venerado como una especie de deidad, solo soy un hombre ordinario que trabaja para su gente con todo su corazón.
El rey tomó un breve respiro mirando a Bell con calidez.
—Hablando con lascivia, no soy más que un hombre enamorado.
Dicha conclusión era más una aclaración del tema, Sidhartta no parecía interesado en hablar sobre las acusaciones de Ricarica ya que ni siquiera le importaban.
—Hah, veo que no has cambiado ni un poco. Tu moral y ética están por encima de cualquier discusión, eres un hombre que me pide ayuda sin garantizar nada. Como si tu orden fuera la única elección.
Ricarica a este punto no parecía estar en situación de seguir hablando con nadie y se levantó.
—Si eso es lo que piensas, poco puedo hacer para cambiarte. Fué un placer hablar contigo Ricarica, ojalá te vaya bien.
él no se interpuso para detener la apresurada negativa de Ricarica y lo que parecía ser una breve discusión de términos, acabó sentenciando las posturas de ambas partes.
—Tú también saldrás de este sitio como lo hago yo, nadie es capaz de aguantar una pareja tan… Eso.
Ricarica dedicó sus últimas palabras a Bell ignorando totalmente la despedida del rey y procedió a evitar el contacto visual con las maids.
—Parece que no mentía sobre la inminente negativa de la se?orita Ricarica sobre colaborar con nosotros.
Florian habló tan pronto como Ricarica cerró la puerta.
—Era obvio que resultaría así, ?verdad padre?
Trend que hasta ahora había estado centrado en su postre y en los susurros bizarros de Elizabeth, compartió su punto de vista sin muchos rodeos.
—De todos modos, padre. ?No es que solo deseas verla?
Athenea soltó esto sin venir a cuento pero al parecer la chica fué más acertada en su disertación que el chico.
—Ya lo dije, solo soy un hombre enamorado.
Ante esto todos empezaron a reír a excepción de Bell que parecía algo enfadada con la manera tan ambigua que tuvo el rey de hablar sobre ese antiguo amorío.