Mientras Sulfias y su grupo caminaban hacia la posada, Aric, que apenas podía caminar, les pidió que se detuvieran un momento. Veía todo borroso y apenas podía entender lo que le decía el resto.
—Ese viejo loco —escupió Sulfias— mira cómo dejaron a mi muchacho.
—Es verdad que Thandor se excedió esta vez, líder —le respondió suspirando Valerian—, pero eso prueba el tremendo potencial del chico.
—Espero que su equipo no se ponga en contra nuestra por llevarlo con ellos en este estado —comentó preocupada, mientras le sobaba la espalda a Aric.
—Tienes razón, su grupo se juntó con nosotros y dos de ellos terminaron en el hospital, y esa maga Lucien... —comenzó Valerian.
—Ah, maldito, cómo me sacas de quicio —dijo enojada Sulfias—. ?Acaso me estás comparando con el vejestorio?
—Líder, tú eres la líder, pero para cumplir tus objetivos, a veces puedes... cómo decirlo... ser demasiado brutal —le criticó con timidez Valerian.
—?Me estás comparando con el viejo! —le reprochó sobándole la espalda más fuerte a Aric, que aún no volvía en sí—. Hmmm, en fin, lo que estoy haciendo por Lucien es algo que ella me agradecerá más adelante.
—Entonces Aric también le agradecerá al Gran Anciano en el futuro —culminó Valerian—. Dejemos las cosas así, Sulfias, cuando al viejo se le mete una idea en la cabeza no hay quien se la saque; además, eso empeora con la edad.
—Líder —murmuró Aric—, ya me siento un poco mejor, volvamos a la posada.
Y así reanudaron su camino. No pasó mucho tiempo hasta que divisaron a Lysandra parada al lado de la puerta.
—?Dónde están las magas? —le preguntó Sulfias—. Es hora de ir donde mi contacto.
—Líder, ?ya tomé una decisión! —dijo decidida; esta vez su rostro reflejaba su voluntad—. ?No quiero tomar la línea de sangre pura! Lo que realmente quiero es firmar un contrato con un dragón.
—Pues tú lo has dicho —le respondió acariciándole el cabello. Lys no pudo evitar sonrojarse tiernamente—. Ahora ve y da la instrucción a las demás para que se preparen.
Mientras Lysandra cumplía la orden de Sulfias, esta última se dirigió a los aposentos de Serpensqi, quien se encontraba leyendo unos libros antiguos sobre gemas de sangre. Hablaron un rato sin profundizar mucho. Sulfias le explicó que se quedarían dentro del laberinto durante una semana y que debían prepararse para hacer la especialización antes de tiempo, a lo cual Serpens accedió con naturalidad y soltura.
Después de ponerse de acuerdo e intercambiar información, Serpens quedó de esperarlos en el recinto dedicado para la especialización. Sulfias salió de la posada y se encontró con las demás. Valerian se había encargado de explicarles lo que sucedió con Aric y ya estaban al tanto de todo. Ya estando todos preparados, se dirigieron hacia los suburbios de la capital.
Sulfias se posicionó debajo de un puente y recitó un hechizo de magia espacial. Una puerta se materializó en una viga del puente y, después de unos segundos, se abrió revelando una locación totalmente diferente.
—Whoaa —dijo sorprendida Kaenia—. Esta es magia espacial de décimo grado, “Puerta del Deseo”.
—Para una maga de ilusiones es sorprendente que conozcas este tipo de hechizos —la felicitó Sulfias—. Bien, todos adentro.
Y uno a uno entraron por la puerta. Finalmente, Sulfias la cerró desde adentro, y esta desapareció sin dejar rastro.
—Bienvenidos sean al autodenominado “mundo mágico” —les presentó Sulfias—. No se alejen en ningún momento de mí. Si llegan a ver un zorro de gran poder, no se le acerquen ni le hablen. Es una criatura en extremo poderosa y no es alguien con quien quiera enemistarme.
—?Tu contacto vive aquí? —preguntó Valerian—. ?Por qué nunca me habías mostrado este lugar?
—No seas molesto, Valerian —le dijo Sulfias haciéndolo callar—. Esta es solo una de mis tantas cartas bajo la manga.
—Líder, es usted increíble —dijo Lucien admirada—. Este lugar tiene una concentración de aether de muy alta pureza.
—Qué bueno que lo notes —le respondió Sulfias—. Cada vez te vuelves más propensa a ser mi aprendiz, jovencita.
Lucien se puso pálida de susto y retrocedió. Valerian, que la vio cambiar de expresión, le dio unas palmaditas en la espalda en se?al de apoyo.
Luego de caminar por unos minutos, llegaron donde un gran árbol que tenía un rostro anciano y arrugado, el cual parecía estar dormitando.
—Oh Poderoso Ser Bosquífero —exclamó Sulfias—, he venido en busca de tu guía. Despierta de tu sue?o y compártenos tu sabiduría.
—Ho ho —se rió gentilmente el árbol anciano—, pero si no es la peque?a Sulfias. Esta vez has traído algunas jóvenes promesas.
—Así es, gran maestro —dijo Sulfias haciendo una reverencia, la cual parecía más de adoración que de respeto.
Los demás, habiéndose dejado llevar por la sorpresa, fueron observados por el gran maestro.
—Esta chica —dijo mirando a Lucien—, puedo ver que el maná de su cuerpo está en caos. Si la presionas un poco más, ella podría volverse afín a todos los elementos.
Lucien se sorprendió y se sonrojó.
—Agradecemos su guía, gran maestro —reverenció Sulfias empujando hacia abajo la cabeza de Lucien.
—?Este gran caballero tiene un corazón realmente grande! —dijo mirando a Valerian—. Para ti solo tengo un consejo, valiente guerrero: “Cum tempus torqueri videris, nullam vitam servas, hoc solum res aggravabit et cor tuum nigeriabit.”
—Muchas gracias por su sabiduría —agradeció reverenciando Valerian, impresionado por lo crudo del consejo.
—Esta chica —dijo mirando a Kaenia—, tiene una gran afinidad con las ilusiones. Deberá compensar sus ilusiones desarrollando afinidad espacial.
—Gracias por su guía, gran maestro —dijo Kaenia, contenta de descubrir su potencial latente.
—Tú, jovencita —dijo mirando a Dandra, quien se encontraba muy nerviosa—, tu corazón es noble y eso te hace afín con la magia de apoyo, pero las vueltas del destino pondrán a prueba la nobleza de tu corazón. Debes dominar la magia defensiva. Solo protegiéndote a ti misma podrás proteger al resto.
—Gran maestro, gracias por su guía —dijo Dandra, un poco frustrada.
—Necesitas levantar la voz, muchacha —dijo el gran anciano—. Llorarás sangre y vomitarás magia, pero debes descubrir cómo usar e invertir esa defensa hacia el ataque.
Sulfias se acercó hacia Dandra y empujó su cabeza hacia abajo.
—?Agradece con el corazón, muchacha! —le advirtió silenciosamente—. El gran maestro te ha dado un gran consejo.
—...?Gracias, gran maestro! —agradeció con fuerza, ahora satisfecha con la guía del gran árbol.
—Joven —dijo finalmente mirando a Aric—, en ti hay tres fuerzas luchando por la supremacía. Dos de ellas son semillas peleando por los nutrientes para crecer. Si un gran sabio te guía, ambas semillas germinarán, pero una vez que hayan germinado no habrá vuelta atrás. Los obsequios que te han dado son duras cadenas, de las cuales jamás te podrás liberar.
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—Gran Maestro, ?qué tipo de semillas son estas? —preguntó dudoso Aric.
—Llevas una semilla de muerte y una semilla de vida —le explicó el gran maestro—. La semilla de muerte, al germinar, desatará el potencial latente en tu interior. Puedo asumir que un sabio anciano sembró esta semilla en ti al ver un peque?o atisbo de afinidad, el poder de hacer tuya la fuerza de tus enemigos.
—Es una magia que fue prohibida hace décadas —comentó Sulfias—. El viejo Thandor y algunos cuantos ancianos más la conocen, y no es algo que se pueda adquirir por otros medios.
—Como dice mi querida Sulfias, muchacho —afirmó el gran maestro—, si no fueras naturalmente afín a ella, “la autoridad del mundo” te impondría un silencio que anularía cualquier intento de aprender este conocimiento prohibido. La semilla de vida es una bendición por donde la veas; protegerá tu corazón de la maldad inherente de la semilla oscura.
—El Basiligon mencionó que me había dado dos bendiciones. Si una es la semilla de la vida y el gran anciano fue quien me dio la semilla de la muerte, ?cuál es la tercera bendición? —preguntó Aric.
—?Con que te has enfrentado a ese tipo de bestias? —comentó sorprendido el anciano—. Que sigas en una pieza es un claro indicador de tu inteligencia. Sorprendentemente, no soy capaz de ver más allá. Si es una bendición, debe estar aún en un estado previo a la manifestación. Cuando hayas integrado tus dos bendiciones, seguro entenderás lo que esa bestia astuta sembró en ti.
—Muchas gracias por su sabiduría, gran maestro —dijo Aric, profundamente agradecido.
—Muchas gracias, gran maestro —dijo Sulfias—. Vamos, chicos, dejemos al gran maestro en paz.
—Puedes venir siempre que quieras, peque?a Sulfias —dijo terminando con una risa gentil. Sus ojos se cerraron y el rostro se relajó nuevamente, indicando que su ser había caído en un profundo estado de sue?o y meditación.
El grupo se devolvió en sus pasos y atravesaron nuevamente la puerta. Mientras conversaban sus impresiones sobre el gran maestro, llegaron al recinto de especialización donde Serpensqi, quien ya no necesitaba especializarse, les esperaba.
—Lucien, Kaenia y Dandra —dijo Sulfias—, ustedes entrarán conmigo y avanzarán a la especialización. Valerian, lleva a Aric donde el viejo Thandor.
—Entendido, líder —respondió Valerian en se?al de obediencia—. Vamos, muchacho, te explicaré todo en el camino.
Durante el trayecto al gremio, que se encontraba entre el suburbio y la zona de especialización, Valerian le explicó a Aric que Thandor quería tomarlo como aprendiz y traspasarle sus conocimientos. También le advirtió que Thandor era un mago muy poderoso y que fue quien entrenó tanto a Sulfias como a él mismo. Sin embargo, en el caso de Valerian, Thandor solo se enfocó en entrenar su resistencia y ense?arle técnicas avanzadas para potenciar su físico al máximo con la menor cantidad de energía posible. Valerian no alcanzó a terminar de hablarle sobre las torturas que vivieron en su juventud junto a Sulfias cuando llegaron al gremio.
—Bueno, Aric —dijo Valerian—, Thandor le pidió a Sulfias que estuvieras con él dos días. Después de eso, debes tomar una decisión. Está de más decirte que en unos cinco días más volveremos al laberinto para explorar el sexto piso.
—Gracias, Valerian —respondió Aric con confianza—. El gran anciano es realmente alguien poderoso. No puedo rechazar su solicitud de ser su aprendiz. De seguro me volveré muy fuerte bajo su tutela.
Aric se despidió de Valerian y entró al gremio. Subió al segundo piso y tocó la puerta de la oficina de Thandor.
—Adelante, muchacho —dijo el gran anciano, contento de recibirlo—. El hecho de que estés aquí lo dice todo. Estaba esperando que llegaras. Anda, deja aquí tu hacha, y si puedes quitarte la ropa de la cintura para arriba, mucho mejor.
Thandor se levantó de su asiento con una daga negra en la mano. Aric se espantó al principio, pero decidió confiar en su nuevo maestro y obedecer sin protestar. Thandor le mostró una camilla que había en el salón contiguo a su oficina, y Aric se recostó semidesnudo sobre ella.
—Es bueno que seas tan tranquilo —comentó Thandor alegremente mientras sostenía la daga en la mano, lo que hizo que Aric se espantara nuevamente—. Lo que voy a hacer ahora es crear una cicatriz contractual en tu pecho. Esto permitirá que la bendición que puse en ti se libere y comience a despertar tu potencial dormido.
Aric aceptó y se preparó para que comenzara la operación. Thandor ba?ó la daga negra con una magia viscosa y morada que se impregnó completamente en la hoja. Luego, deslizando suavemente la daga alrededor del cuello de Aric, recitó un encantamiento para grabar la cicatriz contractual.
—Cum benedictione autoritatis mundi, ego, tu magister, excito in te antiquam potestatem torquendi leges vitae et mortis. Haec vulnera te separant a viventibus, et haec cicatrix te separan ab mortuis. Hic terminat tua vita, hic terminat tua mors. Nunc nihil es, nunc nemo es.
Al terminar el encantamiento, la cicatriz en el cuello de Aric se volvió de un color morado. Desde el centro, una línea se extendió hacia su pecho formando un espiral, indicando que el ritual había sido completado con éxito.
—Maestro, ?salió todo bien? —preguntó Aric, dudoso al no sentir ningún cambio en su cuerpo.
—Así es, muchacho —dijo orgulloso Thandor mientras abría un portal al lado de la camilla y, tomando a Aric del cuello, lo lanzó a través de él—. Tienes más de un día completo para volver —a?adió sonriente.
—?Maestrooooo! —gritó Aric mientras caía por el portal hacia un lugar desconocido—. ?Mis armaaaaaaaaaas!
—Ups —dijo Thandor—. Supongo que esta daga debería ser suficiente para ti —comentó mientras dejaba caer la daga por el portal.
Aric, quien ya estaba en el suelo, esquivó por los pelos la daga que se clavó unos centímetros más abajo de su entrepierna.
—Este maestro mío al parecer me hará las cosas bastante difíciles —asumió frustrado Aric—. Bueno, a lo hecho, pecho... o cuello en mi caso.
Se tocó la cicatriz morada y observó con dificultad el tatuaje en espiral que se había grabado en su pecho. Al recoger la daga ceremonial, una extra?a visión apareció en su campo visual: una especie de pantalla azulada se había manifestado frente a él.
—?Santa mierda! —gritó Aric—. Esta cosa casi me mata del susto.
De pronto, pensó en el basiligon y recordó sus palabras:
—Hmm, ?será esta su bendición? —dijo meditativo mientras acercaba su mano a la visión que tenía enfrente —tengo mis dudas ... el Gran Maestro mencionó que se manifestaria una vez que las otras dos bendiciones se regulen ... que sospechoso.
?Ding Ding Ding!
—Waos —dijo Aric contemplativo—. Esto no es lo que esperaba... espera ... ?NO PUEDO FALLAR! —gritó Aric—. Si pierdo la afinidad con mi maestro, estaré perdido.
Aric, desesperado, buscó una bestia o un animal para matar. Mientras el tiempo corría y nada aparecía, Aric sintió su vida pasar frente a sus ojos cuando un peque?o conejo blanco apareció frente a él.
“Tiempo restante: 20 seg”
—Lo siento, peque?o conejito —gritó Aric, atacando velozmente al conejo, pero este lo esquivó al último segundo.
“Tiempo restante: 8 seg”
Aric se contorsionó salvajemente para cambiar su dirección y sorprendió al conejo haciéndolo dudar de a dónde moverse. Aprovechando la situación, Aric lanzó con toda su fuerza la daga.
“Tiempo restante: 1 seg”
“ACTUALIZACIóN”
“Misión 0000001: CUMPLIDA”
Has obtenido la recompensa: 1 espacio de
almacenamiento de alma
—Uff, pensé que no lo contaba —dijo relajándose.
—?Qué es esto? ?Otra misión al instante? —dijo Aric sorprendido.
—Esto debe ser una broma —gritó Aric—. Me estás obligando a registrar al conejo.
“Tiempo restante: 05 segundos”
Aric se rindió y registró el alma del conejo en el espacio de almacenamiento de almas.
“ACTUALIZACIóN”
“Misión 0000002: CUMPLIDA”
Has obtenido habilidad activa: (invocación de alma)
—No es necesario que me des la misión, ?ok? —le habló a la ventana, adelantándose a los hechos—. Lo invocaré por mí mismo.
“UNA NUEVA MISIóN HA SIDO ENVIADA POR EL SISTEMA”
—?AHHHHH! —se quejó Aric—. Esta ventana me está encabronando.
—?Invocación de almas! —gritó Aric usando su habilidad, y de su mano salió un peque?o orbe que se incrustó en la frente del conejo.
El orbe absorbió toda la piel, la carne y los órganos del animal, dejando solo sus huesos. El no-muerto se levantó y se acercó a Aric.
“ACTUALIZACIóN”
“Misión del sistema cumplida”
Recompensa: (+5) espacios de almacenamiento de alma
Error... Reinicializando... $#$$%/.../&%!:;;...
...error... !“#$!“####“... ........Recompensa restringida hasta alcanzar 50 pts de afinidad con el maestro.......
—Haha —dijo Aric un poco consternado—. Ventanita, ?cuál es mi afinidad actual con mi maestro?
“...”
—Eso tiene mucho sentido —dijo Aric—. Bueno, ?y qué tal mi conejo?
Aric pensó para sí mismo que el conejo era un simple animal salvaje. Ahora que era su primera invocación, ya no había nada que hacer. Debía esperar a que el sistema de ense?anza de su maestro le otorgue una nueva misión. Lo que quedaba del día, Aric lo pasó buscando algunas bestias más fuertes para poder tener a su disposición y buscando un lugar donde descansar.