El atardecer siempre trae consigo algo de viento, el silbido que acompa?a su paso es casi lo único que rompe el silencio en las ennegrecidas ruinas del oeste. Lo que antes solía ser una perfumada carta ahora es un trozo de papel que se encuentra a la deriva, atrapada en un trozo de escombro.
Aunque ya no hay destinatario que la reciba, aunque el remitente querría de todo menos saberse vivo, en algún momento esto se leía con una letra muy fina.
"Querida María.
El día de hoy te escribo con la misma esperanza de siempre, distraerme del miedo que me acongoja. Temo que para ambos el pasar del tiempo es todo menos placido, temo que no pueda darte un último beso al final, temo que ni siquiera sea esto algo que a ti te vaya a llegar.
Por más que te escribo nada se de ti, me haría feliz saber que estas cada vez más lejos de este lugar olvidado por Dios. Aunque desde hace décadas que se hablaba del final de los vampiros, mis abuelos fueron menos que esclavos; mis padres y yo no sufrimos destinos muy diferentes, pero agradezco el momento en que pude librarte de esta pena, alabado sea Dios. Aún no creo que realmente en mi tiempo se logrará terminarlo, solo sé que la frecuencia de mis cartas quizá ha aumentado porque mi corazón aun desiste de dejar la esperanza de lado. Quizá esta prisión de mármol realmente pueda caer.
El se?or de esta tumba se mira sombrío estas noches, taciturno, dudoso. Siendo el alguien que constantemente recorría los pasillos con un paso presuroso, ahora sorprende la quietud de sus recientes pisadas. Dicen que antes morían gentes por decenas solo para saciar su sed, ahora no desaparece una desde hace una década. ?Quién pensaría que a la oscuridad misma se le podría someter a este grado? Esperemos su cercanía a la caída de este monumento a lo muerto sea suficiente para extinguir toda llama a su cambio, espero ahora tema hacer más sus pecados y procure no recaer.
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él no es... él no era un caso único deja comentarte, en estos meses de lectura durante el día encontré que miles y miles de castillos cubrían el nuevo y viejo mundo. Si todas ellas eran al menos la mitad de monstruosas que esta, no puedo creer que las imaginara alguna vez caer. Tan frágiles como se las mencionan hermosas, quien pensaría si me permites repetirme que esto iba a terminar alguna vez.
Aunque te suene extra?o, a este último ser de mal se le siente más humano que en los viejos textos, si te soy sincero, en estos últimos meses se siente incluso como algo casi similar a humanidad, algo que puede realmente caer. No tengo idea de lo que hacen esos locos párrocos en las afueras, pero espero puedan hacer algo para detenerlo, y Dios sabe que anhelo pueda permitirme verte alguna última vez.
Es terrible el solo esperar que aparezcas con ellos, es increíble que estás cartas aún les puedan llegar, debe ser que la esperanza le da mayor vitalicia a ese ser horrendo que nos atormenta y aprisiona en esta tumba rígida. Te lo digo María, algo vuelve tu mente una pocilga cuando pasas otro ma?ana en un lugar como aquí.
Me despido con esto María de mi vida, y espero poderte bendecir un día más. Me llena de alegría saber que has salido tu y mi ni?a, espero me de Dios cabida de un vistazo en ti poder dejar.
Te ama tu Hermano de raza, tu esposo adorado
Romualdo"
...
En esa carta a la deriva, junto a los escombros de lo que era una villa, se escucha el viento pasar, se saben las casas negras y quemadas. Junto a esa villa cercana a un gran castillo, se encuentra sujeto un trapillo, amarrado y conteniendo, algunas monedas y un poco de dulce de jerez.
Ya no queda nadie ahí que lo tome, tiene meses que ya ningún cuerpo causa sombra, y si fuera a hacer que alguien lo comiera, para el tiempo y el invierno algo humano no tendría que ser.
Mientras el viento sopla fuerte removiendo pedazos de los carbones, junto a la carta que sobrevive las lluvias y raspones, se escucha un grito en profundos rincones. Un crujir ahogado se escucha desde hace tanto, que, si fue alguna vez humano, puedes guardar seguridad de que ya no lo es.