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Larga Noche

  Luego de armar su campamento, Serpensq'i sacó sus libros de apoyo y comenzó a hojear nerviosamente mientras comía una manzana. Las antiguas letras eran difíciles de descifrar para él; una simple ojeada y sabía que demoraría bastante en traducir o poder interpretar el texto por completo. A sus ojos, parecían "instrucciones", como si de una receta de cocina se tratase, pero era demasiado pronto como para sacar conclusiones. Le quedaban casi dos semanas para obtener mayor información.

  Por otro lado, Sulfias yacía recostada en su propio campamento, el cual dispuso lejos de todo el grupo. No quería que nadie escuchara su llanto. Sin embargo, fuera del campamento, había alguien que la acompa?aba en silencio: Valerian. Con su mirada sombría, no lograba sacar de su memoria el instante que desequilibró la balanza para todos. Estar tan desprevenido frente a la puerta del jefe... Se culpaba internamente por los tanques fallecidos. Una lágrima silenciosa se aventuró por su mejilla, cayendo en el peque?o charquito que dejaron las anteriores.

  Kaenia y Danndra preparaban comida para Aric y los demás. Sus rostros decaídos se mantenían meditativos, en la contemplación sobre la vida y la muerte. Ahora que habían enfrentado al "Primero" y al "Segundo", tenían miedo de avanzar un piso más y encontrarse de forma desprevenida con el "Tercero"… Cada uno un poco más fuerte que el anterior, cada uno un poco más inteligente que el anterior. Ninguna de las dos quería admitirlo, pero el mago de ataque que murió se había vuelto bastante cercano a ambas, por lo que les estaba resultando difícil lidiar con la situación. Es cierto, a menudo en las incursiones mueren algunos aventureros, pero el Cuerpo de Reconocimiento no llevaba esa mancha de derrota en su estandarte. Las cosas eran diferentes ahora, tanto para el equipo de Aric como para el Cuerpo de Reconocimiento.

  Por otro lado, un campamento mantenía un clima distinto al de los demás. Aric, rojo como un tomate, yacía recostado junto a Lysandra, quien desviaba la mirada hacia la tela. Ambos estaban en ropa interior, tapados únicamente con una manta. Para mala fortuna de Lysandra, quien pretendía hacer su movimiento esta noche, Lucien también se encontraba descansando con ellos, completamente dormida.

  —?Cómo fue que pasó esto? —pensó Aric para sí—. Lysandra se volvió bastante agresiva conmigo en esta incursión... Pensé que las cosas irían más lento con ella, pero esto está yendo demasiado rápido…

  —Aric… —dijo Lysandra nerviosa—. Quizá este no sea el momento para hablar de esto, pero…

  —?Qué sucede, Asesina de Dragones? ?Qué está rondando tu mente? —le preguntó Aric, intentando mantener la compostura. Le costaba bastante trabajo, ya que Lucien le tenía puesta una pierna encima y lo abrazaba con fuerza mientras dormía.

  —Ya llevamos un buen tiempo siendo aliados. Ha sido una aventura única… Estamos haciendo historia al estar actualmente en este piso —dijo mientras ponía su mano en el pecho de Aric.

  —Es verdad… —le respondió este—. En cien a?os no habían tenido una pista para avanzar del quinto piso. Muchos aventureros han desistido de avanzar y la ciudad comenzaba a estar en declive... Pero ahora todo es diferente.

  —Nuestro equipo se volverá famoso… —dijo bajando la mirada, la cual tenía un dejo de aflicción—. Y tendremos que cargar con el peso de ser pioneros... Las muertes de hoy... Tendremos que andar en cada piso con la incertidumbre de no saber quién será el siguiente en caer.

  —Tranquila, Lys —le dijo Aric, poniendo su mano en su cabeza para calmarla—. Solo nos queda una opción frente a todo esto, y es hacernos más fuertes, tan fuertes que nuestros enemigos tengan que doblegarse ante nosotros.

  Lysandra miró a Aric a los ojos y vio la determinación en su mirada. Ambos se contemplaron en silencio. De a poco, la determinación de Aric se convirtió en cari?o reflejado en los ojos de ambos. Al calor de un beso tímido y pudoroso, se selló su amor.

  —Oigan —dijo Lucien, mirándolos con un rostro de molestia—. Es raro que hagan eso estando conmigo aquí, ?no?

  —?Tú no estabas dormida? —preguntó Lysandra, avergonzada.

  —No… La verdad, también estoy preocupada… —dijo, desviando la mirada—. Creo que perdí un poco la cordura durante el enfrentamiento... Realmente no sé qué me sucedió, las ideas fluían sin parar por mi mente como un enorme caudal de información.

  Al escucharla Aric se sintió curioso y decidió usar la ventana de estado en Lucien

  —Lucien, ?tú sabes qué habilidades tienes? —le preguntó Aric cerrando la ventana.

  —No estoy 100% segura ahora. Para poder ver mis habilidades debo ir donde un Tasador, ellos son los únicos capaces de ver las habilidades y sus efectos. Para una maga como yo, que utilizamos hechizos y encantamientos, nuestras habilidades en sí son poco importantes. Las que sé que tengo son "Gestión de Maná", que es una habilidad pasiva, "Refuerzo Interno", que es una activa que protege mis órganos cuando la activo, y algunas más relacionadas con la optimización del maná —le explicó.

  —Vaya —dijo Lysandra, que ya no estaba ruborizada—. En nuestro caso, debemos ir donde un Tasador afiliado a nuestra familia.

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  —Entiendo —dijo Aric—. Entonces, si despiertan una habilidad durante la exploración, ?no tienen forma de saberlo hasta que vayan donde uno?

  —Exacto —le respondieron ambas.

  —?No saben si hay un Tasador en el Cuerpo de Reconocimiento? —preguntó Aric.

  —Creo que hay uno, pero era el mejor amigo de uno de los magos que fallecieron. Debe estar destruido en este momento —le respondió Lucien.

  —?Cómo lo haces tú para saber tus habilidades? —le preguntó Lysandra—. Lo normal es ir con un Tasador, pero parece que tú no sabías eso.

  —Uh... —pensó Aric—. Creo que me delaté a mí mismo...

  —Bueno —dijo pensativo—, antes de venir a Naas, el anciano de mi pueblo me llevó donde un adivino, el mismo que me dio la pista sobre el Laberinto de Naas. Fue él quien me dijo mis habilidades. Después de convertirme en nigromante, mi maestro Thandor me ense?ó las habilidades básicas.

  —?Ese estandarte ilusorio que tenías es una habilidad de nigromante? —preguntó curiosa Lucien.

  —Ugh, bueno, en realidad no, pero... eh... cómo decirlo, yo solo, yo... —Aric no sabía cómo responder a esa pregunta. No quería mentirles, pero recordó lo que Prime le advirtió. Luego recordó que este mismo se había llevado el golpe final del Segundo, impidiéndole obtener su alma.

  —La verdad es que yo puedo ver una v??????????????e??????????????????n????????????t????????????a????????????n????????????a??????????????? ??????????????d??????????????????e?????????????? ???????????????????e????????????s?????t????????????a?????????????d?????????o?????????????

  —?Qué dijiste? —preguntó Lucien.

  —Lys… tu nariz tiene sangre.

  —?Qué? —Lysandra se tocó la nariz y vio sus dedos ensangrentados—. Tú también estás sangrando.

  —Como lo sospeché —pensó Aric para sí—. Esto debe estar haciéndolo la Autoridad del Mundo. Debe ser una restricción que me impide revelar la información… ?Es porque ellas no son usuarias como Prime y mi Maestro?

  —Dejemos la conversación para después —dijo Aric, levantándose del suelo—. Buscaré algo para que se limpien la sangre.

  Aric se puso una manta encima y rebuscó algún pa?o para dárselo a las chicas. Mientras lo hacía, escuchó movimiento fuera de su campamento. Era Valerian, quien también se estaba limpiando la sangre de la nariz.

  —Sé que es tarde, Aric, pero la Líder me pidió que viniera por ti —le informó.

  —Está bien, Valerian —le respondió, calmándolo—. Le daré este pa?o a las chicas y te seguiré.

  —?Qué ocurrió? —preguntó Lucien.

  —No lo sé —respondió Aric—. La Líder me está llamando.

  Después de decir eso, Aric salió junto con Valerian y caminaron lentamente hacia el campamento de la Líder.

  —?Cómo está ella? —preguntó Aric.

  —No muy bien —respondió sinceramente—, pero es la Líder y debe cargar con el peso de su responsabilidad, incluso si eso significa cargar con los muertos... Aric, sea lo que sea que te pregunte nuestra Líder, te pido que lo respondas con sinceridad. Y cualquier información que se te comparta durante esta interacción, mantenla entre nosotros, por favor.

  —Entiendo, Valerian. Lo haré como me pides —le aseguró Aric.

  Sin decir más, entraron al campamento de Sulfias. Ella los esperaba sentada cerca de su área de descanso. Sus ojos hinchados eran un claro indicador de que no había parado de llorar en un buen rato.

  —Estás aquí, Aric —le saludó, tomando nuevamente su postura de líder fuerte—. Déjanos a solas, Valerian.

  —Como ordene, Líder —dijo Valerian, retirándose del campamento.

  —Discúlpame por llamarte tan tarde, Aric. Me imagino que debes estar cansado —dijo Sulfias, disculpándose.

  —No se preocupe, Líder. Estoy a su servicio —respondió Aric, intentando calmarla.

  —Bueno, Aric, hay dos cosas que me gustaría conversar contigo. Una es tu relación con Lucien y Lysandra —dijo, yendo al grano—. Te he visto más cercano a Lysandra últimamente y recibí el reporte de que Lucien está en tu campamento esta noche. Independiente de que sean afiliados al Cuerpo de Reconocimiento, aplican las mismas regulaciones para ustedes. La razón por la que esto no es bien visto es sencilla: en una situación compleja, tu razonamiento podría verse afectado por tus ataduras emocionales.

  —Entiendo, Líder —dijo Aric—. ?Debería evitar vincularme con ellas?

  —No necesariamente —respondió—. Solo quiero que tengas claro que mis órdenes son absolutas. No quiero pensar que pase algo así, pero si hubiera una situación en la que ambas estuvieran en peligro y tuvieras que salvar a una, tendrías que acatar mis órdenes sin importar tus emociones.

  —Entiendo, Líder. Procuraré obedecer sus órdenes al pie de la letra —dijo obedientemente Aric.

  —Gracias. Ahora que zanjamos eso… Como nigromante, ?puedes devolver a la vida a los tres aventureros que perdimos? —preguntó con cierto recelo.

  —Oh, yo… no… no lo sé a ciencia cierta —respondió sinceramente—. Precisamente devolverlos a la vida, no. Puedo extraer sus almas y convertirlos en mis invocaciones, pero hay un requisito base para hacerlo, y es que debo asestarles el golpe final… Es decir, debo ser yo quien haya terminado con sus vidas para poder realizar la extracción de almas.

  —Entiendo… Me lo temía desde un principio —dijo resignada Sulfias—. Dejemos la conversación hasta aquí. Puedes retirarte.

  Mientras Aric se devolvía, logró escuchar un lamento muy peque?o desde el campamento de Sulfias. Resignado, decidió ir en busca de Prime. Deambuló por la zona hasta que, entre el silencio, logró dar con él.

  —?Maldito! —le insultó—. Me quitaste la presa, bastardo.

  —Tranquilo, muchacho —dijo Prime, intentando calmarlo—. No levantes la voz. Si alguien nos descubre, podrías estar en graves problemas.

  —?Por qué? —preguntó Aric, molesto—. ?Acaso eres alguien que me va a generar graves problemas? ?Por qué eres tan misterioso y ocultas cosas? ?Por qué me quitaste el golpe de gracia?

  —Aric, como nigromante, debes conocer tus limitaciones —intentó explicar Prime—. No basta con dar el golpe de gracia, tienes que ser lo suficientemente fuerte para extraer las almas. No habrías podido hacerlo aunque hubieses dado ese golpe, y yo habría perdido la oportunidad de obtener un poderoso guerrero.

  —?Y cómo sabes eso? Oh, y no me vas a salir esta vez con que… —comenzó a preguntar Aric, pero Prime lo interrumpió.

  —Porque ya he pasado por eso en el pasado. No es necesario darle tantas vueltas, Aric —dijo, intentando calmarlo—. El jefe de este piso… A él sí deberías poder obtener su alma, y no debería faltar mucho tiempo para que estés a su nivel. Con tu velocidad de crecimiento, creo que no es algo descabellado.

  —Sí, sí… lo que digas. Resulta que ahora ves el futuro —dijo Aric, molesto—. Como sea, Prime, dejaré pasar tu intromisión esta vez, pero si vuelves a entrometerte en mi camino, espero que al menos seas de ayuda.

  —Oye, muchacho… —dijo Prime, algo impresionado con la actitud de Aric—. Está bien, nada de golpes de gracia a distancia.

  —Es bueno saber eso —respondió Aric con un tono condescendiente—. Bueno, supongo que me iré ahora.

  —Antes de eso… te has vuelto más cercano con tus compa?eras, ?no? —preguntó Prime, con un tono dudoso—. ?Has leído tus habilidades?

  —?Por qué sabes tantas cosas? Agh… ya ni sé para qué me lo pregunto —dijo resignado mientras se iba—. Está bien, leeré mis habilidades. Gracias por la recomendación.

  Prime vio cómo Aric se alejaba en silencio y él mismo decidió ocultarse sin dejar rastro.

  Luego de deambular por un rato cerca del área de descanso, a Aric le entró el sue?o y no le quedó más opción que volver a su campamento, donde Lysandra y Lucien ya dormían. En vez de escabullirse en la cama entre las dos, como su hombría le sugería, decidió dormir sentado en el suelo, apoyado contra una pared. Procedió a leer sus habilidades y la descripción de una de ellas lo dejó helado…

  "Si una persona con la que comparte un amor mutuo y correspondido se acerca a menos de 1 km, morirá de forma inmediata."

  Un efecto pasivo que entraba en vigencia al activar la Maldición de Yasagorath. Sus ojos observaron la pantalla con horror: una verdadera maldición… Recordó lo que el sistema había intentado advertirle anteriormente, y ahora todo tenía sentido para él. Resignado, se dispuso a dormir, y ya entrando en el sue?o, sintió el cálido contacto de una mano sobre su rostro, seguido de una sensación dulce, pero amarga, que se derramó sobre su boca.

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